La sostenibilidad en compañías de seguros se entiende como la integración de criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG o ESG por sus siglas en inglés) en sus estrategias, operaciones y productos. El objetivo es generar valor a largo plazo no sólo para la compañía y sus accionistas, sino también para los clientes, empleados, comunidades y el medio ambiente.
19/2/25 | Según un informe de S&P Global Ratings de 2022, para las aseguradoras en América Latina, los factores ESG de mayor influencia son la gestión de riesgo, cultura y supervisión. El estudio destaca que, en mercados emergentes, pueden ser más frecuentes las deficiencias en el gobierno corporativo, lo que afecta la estabilidad financiera de las aseguradoras.
Por otro lado, de acuerdo con el Financial Times, a nivel mundial casi todas las aseguradoras han incorporado al menos un objetivo relacionado con la transición hacia una economía baja en carbono en sus planes de inversión. Este es un incremento significativo comparado con sólo el 2% que tenía compromisos similares dos años atrás. Aunque este dato es global, refleja una tendencia que también impacta en las aseguradoras latinoamericanas, que están adoptando medidas para mitigar riesgos climáticos y de financiación en la transición energética.
En tal sentido, las empresas que priorizan la gestión de riesgos ambientales analizan el impacto del cambio climático en sus operaciones, como los riesgos relacionados con eventos catastróficos (huracanes, inundaciones, incendios forestales) y promueven productos del tipo “seguros verdes”, es decir que fomenten la sostenibilidad, por ejemplo, con seguros para vehículos eléctricos, energías renovables o infraestructura resiliente.
El objetivo es apoyar a los clientes y comunidades en la adaptación a los cambios climáticos mediante soluciones innovadoras, e implementar medidas para reducir la huella de carbono de la compañía, como optimización de oficinas, digitalización de procesos y políticas de sostenibilidad interna. Utilizar tecnología para evaluar riesgos de manera más precisa, optimizar recursos y diseñar productos sostenibles. Implementar herramientas de análisis de big data y modelado climático para gestionar riesgos complejos.
Otra arista de la misma lógica es integrar criterios ASG en las decisiones de inversión para apoyar proyectos sostenibles y mitigar el financiamiento de actividades perjudiciales para el medio ambiente.
El aspecto social vela por un acceso más inclusivo a los seguros, diseñando productos y servicios que sean accesibles para poblaciones vulnerables o con bajos ingresos, como microseguros o seguros agrícolas. Además, promover la educación financiera y concientización sobre la gestión de riesgos en comunidades. Pero no sólo puertas afuera de la compañía sino promoviendo políticas que fomenten la equidad y la diversidad dentro de la misma organización.
La tercera pata es la gobernanza ética que promueve la transparencia, el cumplimiento regulatorio y el liderazgo comprometido: Comunicar de manera clara y ética los términos de los productos, las inversiones y las estrategias de sostenibilidad; asegurar que las operaciones estén alineadas con las normativas locales e internacionales sobre sostenibilidad y ética; y establecer estructuras de liderazgo que prioricen la sostenibilidad como un eje estratégico.
ASG es un movimiento de criterios prometedores cuya onda expansiva promueve participar en iniciativas globales, como los Principios para la Sostenibilidad en Seguros de la ONU (PSI) o los Principios de Inversión Responsable (PRI), colaborar con gobiernos, empresas y ONGs para abordar desafíos globales como el cambio climático o la pobreza.
En esencia, la sostenibilidad en las compañías de seguros no sólo busca reducir impactos negativos, sino también ser un catalizador de cambio positivo en la sociedad y el medio ambiente. Las compañías de seguros no sólo buscan mitigar riesgos, sino que también toman un rol activo para promover un futuro sostenible y equitativo.