Antes de la pandemia, Cloud Computing ya había comenzado a impactar en la industria aseguradora. Sin embargo, el impulso de la digitalización aceleró su uso en Latinoamérica, generando beneficios en agilidad, costos y capacidades tecnológicas.
04/08/25 | La adopción del Cloud Computing en Latinoamérica está transformando radicalmente la forma en que operan las compañías de seguros. La posibilidad de acceder a infraestructura, plataformas y software bajo demanda, sin necesidad de invertir en hardware propio ni preocuparse por el mantenimiento de sistemas, ha significado una evolución profunda en los modelos operativos del sector.
En los últimos años, el mercado de servicios en la nube en América Latina ha crecido con fuerza. Durante 2024, el valor estimado del mercado Cloud en la región superó los 47 mil millones de dólares, con una proyección de crecimiento anual que oscila entre el 15 y el 21 % hacia 2030. Este crecimiento ha sido impulsado tanto por las grandes aseguradoras como por startups tecnológicas que buscan velocidad de desarrollo, flexibilidad operativa y escalabilidad sin precedentes.
Dentro del ecosistema Cloud, tres modelos principales estructuran la oferta de servicios: IaaS (Infrastructure as a Service), PaaS (Platform as a Service) y SaaS (Software as a Service). El primero permite a las aseguradoras contratar infraestructura virtual como servidores y almacenamiento, lo que facilita la modernización de sistemas Core sin necesidad de inversiones en data centers físicos. El segundo ofrece un entorno de desarrollo listo para desplegar aplicaciones propias, ideal para equipos DevOps y para acelerar el desarrollo de soluciones digitales. Finalmente, el modelo SaaS permite a las compañías consumir aplicaciones terminadas a través de Internet, como soluciones de CRM, herramientas de siniestros, analítica o gestión documental.
Según un informe de Datos Insights, ya en 2021 el 90 % de las aseguradoras globales utilizaban algún tipo de servicio Cloud, y cerca del 75 % tenía previsto incrementar su presencia en la nube en los siguientes 18 meses. Esta tendencia también se refleja en Latinoamérica, donde el sector financiero y asegurador (BFSI) lidera la transformación digital en la nube. El crecimiento de la infraestructura como servicio ha sido particularmente fuerte, habilitando procesos de análisis de datos, inteligencia artificial y aprendizaje automático para mejorar la gestión de riesgos y la personalización de productos.
Los beneficios del Cloud Computing no se limitan a la operación interna. En términos macroeconómicos, su adopción en seis países de la región ha generado un impacto promedio anual en el PIB de casi 200 mil millones de dólares, según estimaciones del BID y FTI Consulting. Además, la migración a la nube ha contribuido a la sostenibilidad, con una reducción de 680 mil toneladas métricas de CO₂ equivalente por año, y ha sostenido más de 8 millones de empleos directos e indirectos relacionados con el ecosistema tecnológico.
Sin embargo, el avance hacia la nube no está exento de desafíos. Las brechas de conectividad digital, especialmente entre zonas urbanas y rurales, limitan el acceso a soluciones digitales por parte de clientes y agentes. Asimismo, la falta de marcos regulatorios armonizados en torno al manejo de datos personales —como ocurre con la LGPD en Brasil o las leyes de protección de datos en México y Argentina— genera incertidumbre y complejidad para operaciones transnacionales. Por otra parte, muchas aseguradoras medianas o pequeñas enfrentan barreras económicas y de talento especializado para llevar adelante procesos de migración tecnológica.
En conclusión, el Cloud Computing se consolida como un habilitador clave para la innovación, eficiencia y resiliencia en el sector asegurador latinoamericano. Su adopción ya no es una cuestión tecnológica, sino estratégica. Las compañías que logren incorporar estas herramientas de forma segura, escalable y centrada en el cliente estarán mejor posicionadas para responder a un mercado cambiante y a consumidores que exigen experiencias digitales más ágiles y personalizadas. En un contexto donde los modelos tradicionales de negocio están en revisión constante, la nube representa la base sobre la que se está construyendo el futuro de los seguros.