Los líderes empresariales suelen sentir presión para implementar IA en sus procesos y no quedarse atrás en competitividad, aún si esto implica asumir riesgos que son, en su mayoría, desconocidos. En esta encrucijada, las pólizas de seguros para IA emergen como un respaldo clave para enfrentar amenazas como ciberataques, decisiones automáticas sesgadas o violaciones de la privacidad.
19/11/24 | La Inteligencia Artificial (IA) es uno de los temas que más resuena en tecnología, no sólo por su potencial de cambio, sino también por los desafíos que plantea. Su utilización se ha extendido, con mayor o menor adopción según el país y región, en distintos aspectos de la vida cotidiana.
Pensemos en una persona que usa un auto autónomo para ir a una consulta médica, en la cual recibe un diagnóstico asistido por IA, y luego se somete a una cirugía igualmente guiada por IA. Más tarde, realiza una reclamación en su seguro a través de un chatbot de IA. Este trayecto está lleno de potenciales riesgos: un accidente del vehículo autónomo, un error en el diagnóstico, o que el chatbot rechace una reclamación legítima. Estos riesgos no son sólo financieros; en casos críticos, podrían comprometer la seguridad y hasta la vida misma de las personas.
Según el Foro Económico Mundial, el 42% de los profesionales en el sector tecnológico consideran la IA como el principal riesgo para sus organizaciones. Sumado a esto, un informe de Deloitte sugiere que hacia el 2032, las aseguradoras podrían estar generando hasta 4.7 mil millones de dólares anuales en primas relacionadas exclusivamente con riesgos de IA, proyectando un crecimiento de aproximadamente el 80% anual.
Estos escenarios han llevado a las aseguradoras a desarrollar soluciones para brindar seguridad en un entorno donde la adopción de IA es cada vez mayor. La regulación también va tomando relevancia. En diversas partes del mundo, se están implementando normativas para asegurar un uso ético y seguro de la IA. Aunque aún no se requiere por ley contratar seguros para su uso, la posibilidad de sanciones está llevando a muchas empresas a buscar cobertura para los riesgos derivados de esta tecnología. Deloitte menciona que, dado el rápido desarrollo de la IA y la falta de datos históricos sobre su rendimiento, evaluar los riesgos sigue siendo un desafío para las aseguradoras, por lo que la mayoría han adoptado un enfoque de “observar y esperar” mientras recolectan más datos y experiencia.
Algunas aseguradoras ya están avanzando en este sentido. Por ejemplo, Munich Re lanzó en 2018 un seguro específico para startups de IA, y en años recientes amplió estas coberturas para incluir a desarrolladores de modelos de IA y empresas que aplican esta tecnología. Estos actores pioneros están construyendo capacidades internas de evaluación y gestionando el riesgo para comprender mejor la complejidad inherente a los sistemas de IA.
En resumen, la IA seguirá evolucionando y, con ella, el rol de las aseguradoras como respaldo para aquellas empresas que decidan adoptar esta tecnología. Desarrollar modelos de evaluación de riesgo y acumular datos específicos les permitirá responder a una demanda que, sin duda, continuará creciendo. Este reto representa también una gran oportunidad para quienes decidan abordarlo desde ahora.